La mejor opción baja en calorías de bebida para acompañar en tu cena de navidad y año nuevo.

El champagne es una bebida alcohólica que puede llegar a crear adicción; su consumo debe ser responsable; puede llegar a ser una inspiración para algunas dietas.

Las dietas son un momento complejo. Las hay muy estrictas, más suaves, pero todas conllevan ciertos parámetros de restringir alimentos.

Lo que tal vez no nos habíamos planteado es una dieta a base de alcohol.

El champagne es una bebida de origen francés, de una región propia y que da nombre a una denominación de origen. Como decía Coco Chanel, bebo champagne cuando estoy enamorada y cuando no, también. Y como bien saben todos los aficionados a esta bebida, la vida se ve mejor con una copa de champagne en la mano.

La dieta del champagne

Pero vayamos a la dieta. No es recomendable hacer una dieta basada en una bebida alcoholica, vaya por delante. Pero al ser de una graduación diferente, mucho más suave para el organismo, y combinada con agua o alimentos, se puede decir que puede ser una posible dieta.

Cuando uno consume champagne y alimentos, sea la hora que sea, la digestión se hace a la vez que la carbonatación, por eso no duele la tripa. En cambio, cuando tomas una bebida con gas tras una cena importante, Navidad, Nochebuena, Nochevieja, puedes llegar a pensar que te sienta mal. Nada más lejos de la realidad. Lo estás haciendo mal.

El champagne combina con pizza, con embutidos, con cocidos, con carnes, con pescados… no hay nada que no le vaya a una bebida refrescante, suave, con diferentes añadas para diferentes gustos y con hasta rosados según paladares.

The Champange Diet no se basa en perder peso al uso, ni en medir calorías, ni nada por el estil. Es algo mucho más hedonista. Todos los  que la recomiendan buscan algo más, y piensan sobre todo en que sea una dieta de celebración de la vida. Estás feliz, comes feliz, descansas feliz. Y eso hace el champange. Tienes menos hambre y comes lo que de verdad te apetece. Luego es una dieta más saludable.

El hecho de que la dieta de champagne se asocie a la Navidad es por el hecho de considerarse una de las bebidas más festivas, más de celebrar y más de compartir.

Cuando bebes champagne comes de manera más pausada e incluso te saltas comidas, y si añades vasos de agua tras cada copa, estarás ingeriendo menos calorías y grasas.

Por supuesto, beber alcohol no es saludable, pero puestos a elegir, uno cosechado de manera artesanal, y con un proceso de elaboración de meses e incluso años, igual es la manera más natural y saludable de beber uva fermentada en un proceso único.

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